
* Entre los dolientes, hay personas que lo perdieron todo
El asesinato de diez integrantes del grupo Sensación Musical” dejó como saldo dos madres abandonadas, ocho viudas y 23 huérfanos, para algunos dlientes, el atentado registrado la mañana del viernes 17 de enero implicó perderlo todo.
Desde la jornada del viernes, cuando confirmaron el ataque de civiles armados contra las dos camionetas propiedad del grupo Sensación Musical, parte importante de la comunidad de Alcozacán, municipio de Chilapa se concentró en la carretera estatal que va hacia Hueycantenango, para reclamar de primera instancia el traslado de los diez cadáveres.
Los manifestantes básicamente cobijaron a las familias de las víctimas mortales, que de manera apresurada y conteniendo el llanto, explicaron quienes eran los seres queridos que perdieron esa jornada de viernes.
La relación de los caídos
Israel Tolentino Ahuelicán era un joven de 24 años de edad, ya no radicaba en Alcozacán, al igual que su madre estaba fuera de la zona para buscar un mejor nivel de vida en Cuernavaca, estado de Morelos.
A Israel lo alcanzaron los usos y costumbres de la comunidad, pues fue elegido en asamblea para prestar servicio como Topil durante un año, eso implicaba convertirse en uno de los principales colaboradores de la comisaría, lo que propició que tomara a su esposa Feliciana, de 21 años y sus dos hijos para regresar.
Aunque su madre, quien por miedo se negó a proporcionar su nombre le solicitó que rechazara el nombramiento y no volviera al pueblo, el insistió en cumplir con los usos y costumbres, pero aseguró que solo estaría un año de servicio y posteriormente regresaría hacia Cuernavaca.
Israel estaba en el proceso de cumplir el mandato de la comunidad, con la intención de obtener ingresos se alquiló como chofer de una de las dos camionetas propiedad del grupo Sensación, por eso es que ahora está entre las diez víctimas mortales.
De los dos hijos que deja en la orfandad, el más pequeño tiene cuatro meses de nacido y no alcanzó a registrarlo para asignarle un nombre, todavía no decidía como llamarlo y solo se refería a él como “gordito”.
Cándido Fiscaleño Hlario tenía 20 años de edad y una hija, su esposa Aurelia apenas alcanza los 16.
José Julio Fiscaleño tenía 37 años y una niña de tres, Regino Fiscaleño Chautla tenía 27 años, no estaba casado ni tenía hijos.
José Marcos Baltasar Fiscaleño tenía 36 años y con su muerte dejó a seis niños en la orfandad, todos ellos acompañaron a la viuda durante la protesta que se realizó en la carretera.
Juan Joaquín Ahuejote era el ingeniero de audio del grupo, tenía 42 años y cuatro hijos que quedan en el desamparo.
Florencio Linares Jiménez, de 32 años era soltero y no tenía hijos.
Crescenciano Huapango Migueleño era chofer de otra unidad de grupo, tenía dos hijos y su joven esposa está embarazada, a pocas semanas del parto.
Antonio Mendoza Tolentino, de 24 años era el responsable de acomodar todo lo eléctrico y dejó a su esposa embarazada.
En realidad los contrató el grupo “Conquistador”
Si bien la primera información que se manejó sobre el caso es que se trataba de músicos originarios de Alcozacán, las madres y viudas precisaron que en realidad fueron contratados para asistir con equipo de audio, luces y en cuestiones técnicas a otro grupo musical en la comunidad de Tlayelpan, “Conquistador”, para ello fueron contactados por otra empresaria de nombre Estela Salmerón.
Por eso, en el detalle de las funciones que desempeñaban las victimas se tiene el dato de que había dos choferes, un ingeniero de sonido, un electricista, cinco chalanes y un encargado de vigilar el desempeño de todos los trabajadores.
No había músicos entre los muertos.
La víctima número diez es un menor de 15 años de edad, Israel Mendoza Pasado, él era el único de los asesinados que sabía tocar un instrumento y este era la batería.
Israel era hijo de la dueña de las camionetas y el equipo que se perdió al ser calcinado por los agresores.
Israel era hijo único, además de saber tocar la batería estudiaba la secundaria y estaba por iniciar sus estudios de bachillerato, probablemente tendría que salir hacia la cabecera municipal de Chilapa y alejarse un poco de la zona de conflicto en que se ha convertido su pueblo.
Su madre contiene el llanto, frota los ojos y juguetea nerviosamente con el reboso de color azul marino.
Israel era todo lo que tenía su mamá, su padre fue quien fundó el grupo Sensación Musical hace 16 años, un día dejó el pueblo y hasta la fecha su mamá solo dice como referencia que el señor “se fue lejos”, nunca regresó.
Con la muerte de Israel, el joven baterista que la ayudaba coordinando los traslados del equipo y cuidando que los trabajadores desarrollaran sus actividades en orden, la mujer perdió prácticamente todo.
Ella, aunque se resiste por miedo a proporcionar su identidad, perdió las dos camionetas que le permitían mover al conjunto musical, así como todo el equipo de audio y luces.
Lo que no es material y que no tiene manera de recuperar, es al jovencito que representaba su principal apoyo.
Aunque la mujer formaba parte de un gran número de personas que bloqueaban la carretera hacia Hueycantenango, en realidad estaba sola.
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